
Quizás haya tenido un mal día, de esos en que los malos recuerdos se apoderan de tu mente y sobre todo, de tu garganta, de esos en los que escuchas, mientras tu cabeza pulsa el botón de “pausa” para centrarte en lo verdaderamente importante para ti, aislando todo lo demás y queriendo gritarle al mundo que no, que no me interesa el resto, que me cansé, me cansé de improvisar.
No te cuento a diario que me acuesto llorando, que me cuesta levantarme porque quizás dormí tres escasas horas, que tuve un mal día, que necesito tenerle una vez más aquí a mi lado, que me ahoga esta vida sin él… Y mientras tanto, escuchas los “problemas” de otros y vuelvo a accionar esa “pausa” para refugiarme y morderme la lengua mientras me apetecería pulsar el “play” para gritarte: ¿Sabes cuál es mi problema? Mi problema es que él se marchó para siempre.
Y finjo una sonrisa improvisada, o añado algo irrelevante, o sonrío, porque me hice toda una experta en eso de fingir sonrisas a diario, porque me licencié en eso de cargar el peso de tu ausencia y que no se note, porque me volví una vagabunda de tus recuerdos mientras el mundo sigue su curso.
Quizás hoy se me agrió el carácter y la intolerancia se ha apoderado de mi, pero hoy no, hoy no me apetece escuchar banalidades, hoy no puedo darte la razón a un “no tengo ganas” o un “no me apetece”, hoy no… porque yo camino cada día poniéndome este absurdo disfraz de “soy fuerte” y no te he dicho que hay días en los que hasta respirar me cuesta.
Yo no te digo como transcurren mis días, pero no me preguntes que tal estoy porque se me inundarán los ojos de lágrimas y se me caerá ese absurdo disfraz, dejando al descubierto la verdad que callo a diario, o quizás no, quizás te mienta, trague saliva y vuelva a activar esa “pausa” para esbozar un leve “estoy bien”.
Pero hoy no, hoy si me preguntas te diría sin tapujos que valores lo que tienes antes de que la vida te obligue a valorar lo que se fue, porque hoy no, hoy no me apetece improvisar… hoy me cansé de cubrir esos silencios que nunca dicen la verdad…
Debe estar conectado para enviar un comentario.