«AMOR DE 4 PATAS»

Deja un comentario

No importa si has tenido un mal día y tu cuerpo ha decidido pasar una tarde de domingo en tu sofá, a él también le ha parecido genial esta idea. No importa si por el contrario te has levantado enérgica y madrugadora y decides ir a caminar durante todo el día, porque él también seguirá tus pasos. No importa si un día la vida te juega una mala pasada y te encuentras frente a una montaña escarpada con miedo de dar un paso al frente, él se acurrucará en tu regazo otorgándote el tiempo y el silencio necesario hasta que te sientas preparada para comenzar a caminar.

¿Por qué razón? ¿Por qué motivo?, simplemente porque han decidido estar “a todas” contigo hasta el fin de sus días.

Cuando convives con uno o varios de esos peludos de cuatro patas llegas a la extraña convicción de que no es necesario un lenguaje humano para comunicaros, porque desde el primer momento se crea entre vosotros algo con mucha más fuerza que el sonido de las palabras. Es para mí mucho más que eso, es un vínculo mágico capaz de interpretar actitudes, estados de ánimo y sentimientos tan puros, perceptibles tan sólo en un leve contoneo de orejas, un movimiento de su cola o una simple mirada… Tan sencillo como eso pero tan poderoso que llegarás a entender que mientras esté contigo, jamás te sentirás sola, porque él estará ahí para ayudarte, mientras que el resto del mundo quizás ni sepa que has tropezado.

Aunque en mis 35 años de existencia tuve la grata satisfacción de compartir mi vida con muchos de estos de “cuatro patas” (y otros de dos), hoy quisiera centrarme en el que está justamente sentado en mi regazo mientras escribo este artículo. No es casualidad, siempre está ahí, o bajo mis pies y se ha llegado a convertir en una bendita sombra que me acompaña allá donde voy.

Cuando llegaste a nuestras vidas conociste a tu otra hermanita peluda (de ahí su nombre “Pelusa”) a la que recogimos un día desamparada en una calle y que durante días pernoctó en un almacén de pinturas. Desde ese mismo instante  entendiste o te hicieron saber el significado de la palabra jerarquía, o el hecho de ser el segundo en llegar a casa, aunque eso supusiera, quedarte con la cuna que sobraba. No te importó en absoluto, porque en seguida encontraste tu hueco. He aquí la imagen que muestra “quién llevaba los pantalones en casa” y que me hace sonreír cada vez que la veo.

El caso es que llegaste a nuestras vidas para inundar nuestra casa de pelotas, pelos y juguetes rotos con los que tropiezo alguna que otra vez, pero sobre todo llegaste para llenarla de alegría, cariño y muchos momentos por vivir. Por este motivo no permitiré jamás que nadie me diga que eres sólo un perro, porque no estoy de acuerdo, eres MI PERRO, mi amigo, mi compañero de viaje, mi luz, mi guía, mi esencia…  no eres un perro cualquiera, eres un PERRO INSUPERABLE…

Me has otorgado muchos valores y me has dado muchas lecciones de vida, pero sobre todo me has hecho entender que lo que apremia en la vida no son los momentos, sino con quiénes los compartimos. Esa es tu grandeza, que no importa dónde, cuándo y cómo si es junto a nosotros.

Y qué más da si hoy hemos decidido vestirte con un chaleco reflectante para ir a ver a Papá a correr una media maratón, si te hemos animado a hacer surf, pasear en bicicleta, colocarte un embudo en la cabeza para ayudarte a superar tu alergia, nada de eso importa porque estábamos ahí, para apoyarte.

 Tampoco importa si durante tus vacaciones en casa de la abuelita,  nuestra  sobrina ha decidido disfrazarte de Caperucita… Qué más da… a él le parece divertido si a ti también te lo parece.

 Tampoco importará si Mamá ha decidido probar tu palo selfie conmigo, él aguantará el tirón muy dignamente, aunque eso le suponga vencer al sueño…

Por alguna extraña razón, Morgan tiene tres miedos insuperables: los autobuses, los caballos y los reflejos, pero qué mas dá… ¿quién no tiene manías?. No importa si nunca te has mirado al espejo para comprobar tu verdadero tamaño cuando te pones cascarrabias con algún que otro peludo mucho más grande que tú, el caso es que todas estas “bellas imperfecciones” son las que te hacen único y formidable.

Me has hecho aprender muchas cosas, pero sobre todo lo más importante es saber simplemente eso, que no importa el momento ni la circunstancia;  lo que otorga el valor a las cosas es el sencillo hecho de haberlas vivido juntos.

Él no entiende de éxitos ni de fracasos, de horarios ni calendarios, él solo sueña vivir del momento en el que cruzas el umbral de tu puerta para ir a saludarte enérgicamente, como si hubiera pasado todo un año sin verte. Él no entiende de excentricidades, agobios o malos días de trabajo, su felicidad radica en las veces que le tires la pelota o en aquellas miles de ocasiones en las que te subes al coche sabiendo que nos vamos a algún sitio y que él está ahí para acompañarte, para formar parte de ese viaje.

No importa que te llames Morgan y por la calle te llamen Pancho,  comparándote continuamente con el perro de la Lotería porque,  aunque no nos haya tocado el gordo aún,  ya contigo ganamos uno de los mayores regalos que nos dio la vida: EL PLACER DE TU COMPAÑÍA…

Avatar de Desconocido

Autor: historiaspendientes

"No hagas de tu vida un borrador, quizás no tengas tiempo para pasarlo a limpio"

Deja un comentario